El rock nunca muere. Vitico y Los Leones lo demostraron con creces en su presentación en The Roxy. Hace poco más de un año, a través de Ale Soto, Víctor se unió con los hermanos Pistarelli para formar una nueva alineación que reivindica la contundencia del auténtico rock and roll. Este grupo, que hizo su primera aparición en junio de 2023, ha estado tocando incansablemente por el gran Buenos Aires y otras provincias, consolidándose como un pilar del rock nacional.
La noche en The Roxy comenzó, pasadas las 21:30, con un ambiente cargado de expectativa. El público llenó el lugar, ansioso por disfrutar de puro rock. Desde el primer acorde de “Rayo Luminoso”, quedó claro que este sería un concierto de energía desbordante.
Con “Macadam” y “Acción”, la banda mostró su habilidad para fusionar riffmelodías fuertes con letras profundas y significativas. “La Espada” y “Exterminador” mantuvieron la intensidad alta, llevando al público a un frenesí de emoción y adrenalina.
La banda, integrada por Víctor “Vitico” Bereciartua en el bajo y voz, Alejandro Soto en la batería, Demon Pistarelli en guitarra y voz, y Pollo Pistarelli también en guitarra y voz, mostró una cohesión impecable.
El set continuó con “Gran Río” y “Que Sea Rock”, canciones que resonaron profundamente en los corazones de los fanáticos. “Jenny” y “Cabaret” trajeron un aire de desenfreno y celebración, mientras que “Forastero” introdujo una melancolía que conmovió a todos.
La recta final del show incluyó “Ruedas de Metal” y “Mucho Por Hacer”, recordando al público que el camino del rock es largo y gratificante. “Fiesta Cerveza” puso a todos a bailar y cantar, celebrando la esencia festiva del rock. Con grandes versiones de “Sucio y Desprolijo” y “Susy Cadillac” cerraron la noche con broche de oro, dejando a todos en un estado de euforia.
Vitico, el bajista y fundador de Riff junto a Pappo, reafirmó su absoluta dedicación y lealtad al rock and roll. Pappo siempre estuvo presente en espíritu, inspirando a la banda y al público con su legado. Ochenta minutos de una celebración del rock en su forma más pura, una experiencia inolvidable para todos los presentes y un recordatorio de que el rock no estará de moda, pero sigue más vivo que nunca.