La Renga volvió a hacer historia el 5 de julio de 2025 con un show arrollador en el estadio de Huracán, el tercero de la serie. El recital, que reunió a miles de fanáticos, tuvo un setlist extenso de 31 canciones, repasando clásicos y temas de su último trabajo.
Pero la noche no fue solo música. Durante la interpretación de «Panic Show», Gustavo «Chizzo» Nápoli lanzó un mensaje directo: “Ojo, Javier, que este león tiene mucho hambre”, en alusión al presidente Javier Milei. Y no fue el único momento político. Entre temas, el cantante remarcó: “Hoy hay mucha crueldad. Está de moda insultar por redes. Hasta colegas que te insultan. Las cosas hay que decirlas en la cara. Hay que dejar de alimentar a ese monstruo que crece”, como introducción a «El monstruo que crece». No hizo falta más explicación.
Setlist completo del show de La Renga en Huracán – 5/7/2025
Tras una exitosa gira por Estados Unidos, Canadá y Chile, el referente del rock argentino volvió a Buenos Aires con un show sold-out cargado de clásicos, homenajes y emoción.
Miguel Mateos desembarcó en el Movistar Arena para celebrar el 40º aniversario de “Rockas Vivas”, su álbum más emblemático, ante un estadio completamente sold out. Fue una noche histórica y emotiva, en la que el artista repasó sus grandes himnos y reafirmó su lugar como leyenda del rock argentino.
El show comenzó a las 21:10 con los acordes de “Va por vos, para vos”, y el público respondió de inmediato poniéndose de pie, coreando y celebrando una de las canciones más icónicas de su repertorio. Le siguieron himnos como “Perdiendo el control”, “Tengo que parar”, “Su, me robaste todo” —dedicada a los 649 héroes caídos en Malvinas—, “Mundo feliz” y “Solo una noche más”.
Sorpresas, homenajes y covers inolvidables
Uno de los momentos inesperados de la noche fue la inclusión del clásico ochentoso “The Power of Love” de Huey Lewis & The News, interpretado al final de “Mujer sin ley”. Más adelante, otra joya del pop internacional se coló en el setlist: “Everybody Wants to Rule the World” de Tears for Fears, como introducción a “Tómame mientras puedas”.
Con un recorrido que abarcó la etapa 1981-1985, el concierto fue una verdadera celebración de la música popular argentina, con Mateos liderando una banda afiladísima, integrada por Alejandro Mateos (batería), Ariel Omar Pozzo, Juan Oliver Mateos, Charlie Andrés Giardina, Leonardo Bernstein, y músicos invitados en bronces y coros.
Un final explosivo para una noche eterna
La recta final fue un combo demoledor: “Un poco de satisfacción”, “Extra, extra”, “Un gato en la ciudad”, “Huevos” y “Tirá para arriba” pusieron al público a saltar y cantar a viva voz. Y cuando parecía que todo había terminado, llegó una explosiva versión de “Obsesión” como cierre fuera de programa, desatando una ovación generalizada.
La noche en el Movistar Arena fue mucho más que un recital: fue una fiesta, un reencuentro con el pasado y un testimonio vivo del legado de Miguel Mateos, ícono indiscutido del rock en Argentina y toda Hispanoamérica.
Crédito: Simón Canedo
Setlist completo – Movistar Arena 3/7/2025
Va por vos, para vos
Perdiendo el control
Su, me robaste todo
Mujer sin ley / The Power of Love
Tengo que parar
Luces en el mar
Ana la dulce
Hijos del Rock N’ Roll
Lástima nena
Solo fuego
Mundo feliz
Solo una noche más
Everybody Wants to Rule the World / Tómame mientras puedas
Bulldog
Un poco de satisfacción
Extra, extra
Un gato en la ciudad
Tirá para arriba
Obsesión
La banda
Miguel Mateos – voz, piano y guitarra
Alejandro Mateos – batería
Ariel Omar Pozzo – guitarra
Juan Oliver Mateos – guitarra
Charlie Andrés Giardina – bajo
Leonardo Bernstein – teclado
Rolando Ureta – guitarra invitada
Santiago Benítez, Alejo Von der Pahlen, Ricardo Ervin Stutz, Alejandro Antonio Martin – sección de bronces
Gospel Joy – coros
Próximas fechas confirmadas
5/7 – Quality Arena, Córdoba
11/7 – Teatro Municipal, Olavarría (entradas agotadas)
12/7 y 13/7 – Teatro Radio City, Mar del Plata (agotado el 12)
25/7 – Teatro Bicentenario, San Juan
26/7 – Arena Maipú Stadium, Mendoza
27/7 – Cineteatro, San Luis
9/8 – Parque Central, Neuquén
15/8 – Teatro Broadway, Rosario
16/8 – Club Unión, Santa Fe
23/8 – Teatro San Carlos, Junín
29/8 – Club Regatas, Corrientes
30/8 – Umma, Posadas
5/9 – Cine Teatro, Catamarca
6/9 – Le Parc, La Rioja
26/9 y 27/9 – Lima y Arequipa, Perú
1/10 – Auditorio Nacional Adela Reta, Montevideo, Uruguay
16 al 24/10 – Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Trelew, Comodoro Rivadavia
Con más de 35.000 entradas vendidas, la banda cordobesa coronó este jueves una seguidilla imparable en Buenos Aires. Tres horas de show, invitados de lujo y el anuncio de una bomba para fin de año.
Q’Lokura arrasó por tercera vez en este 2025 en el Movistar Arena. Lo de este jueves 26 de junio fue una fiesta monumental, el punto más alto de una racha demoledora que dejó al cuarteto latiendo fuerte en Buenos Aires. Con Nico Sattler y Chino Herrera al frente, la banda cordobesa ofreció un show maratónico que se extendió por tres horas y culminó 15 minutos después de la medianoche.
La fiesta empezó bien arriba con la energía contagiosa de Lucho Arrieta , que prendió al público con un set potente y dejó todo listo para la celebración principal.
A las 21:16 se escucharon los primeros acordes con “Bailando bachata”. Le siguió “Espejo” y clásicos como “Manos de tijeras”, “No se va” y “Amor de su cama”.
La frescura y potencia de la banda joven De Party sumó en temas como “Me toca a mí” y “Calumnia”. Una mención especial para Yami Safdie, que emocionó al público al interpretar su hit “En otra vida”, entregando una cuota de sensibilidad y potencia.
Dentro del Movistar Arena, el contraste con la ola de frío polar que congelaba el invierno porteño no podía ser más marcado: calor humano desbordante, euforia colectiva, cuerpos en movimiento y corazones latiendo al ritmo electrizante del cuarteto. Entre el público, el campeón del mundo Leandro Paredes bailó y disfrutó desde un palco junto a sus amigos, sumando su presencia a la fiesta popular.
La noche brilló también por sus invitados: Damián Córdoba se adueñó del escenario con dos de sus clásicos «Te pido que la dejes» y «Qué tal». Pepa Brizuela se llevó aplausos sentidos con tres temas que emocionaron a todos, y Fede, de Los Herrera, aportó uno de los momentos más sensibles con la interpretación de “Carita triste”.
Enmarcado por una puesta en escena imponente, el clímax de la noche llegó con la irrupción de La K’onga, que encendió al Movistar Arena con cuatro bombas infalibles: “La última granada”, “El mismo aire”, “La Cabaña” y “Quieren matar al ladrón”. Fue un tramo explosivo, de esos que parecen escritos para el final de un campeonato.
El show también tuvo espacio para el agradecimiento. Nico y Chino hicieron una pausa emotiva para destacar las más de 35 mil entradas vendidas, el esfuerzo de cada persona para asistir y ese lazo inquebrantable que los une con su público, ya sea en Córdoba, Tucumán o Buenos Aires.
La recta final fue un combo imparable con temas como “Onda perdida”, “Qué ironía”, “Fuego y pasión”, “Noche con arte” y “Hombre que te quiera”, coronados con un solo de guitarra incendiario y un estadio que se transformó en una pista de baile gigante.
Para cerrar, ya pasada la medianoche, Nico y Chino se bajaron del escenario y las pantallas mostraron el backstage: ambos se vistieron con camisetas de la Selección Argentina, con los números 13 (día) y 12 (mes), fecha del próximo gran show, que anunciaron sin dar muchos detalles.
Q’Lokura demostró que no solo llena estadios… los transforma. Y antes de despedirse, lo dejaron claro: “Nos vamos por ahora, pero lo que viene para fin de año…va a ser una bomba”.
La banda uruguaya ofreció una función memorable, con 61 músicos en escena y una emotiva fusión de rock y formato orquestal.
No Te Va Gustar volvió al escenario del Movistar Arena en Buenos Aires con una presentación especial, en la que compartió escena con la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Medellín (Filarmed). Se trató de una experiencia sinfónica única que había debutado con gran éxito en Medellín, donde ambas formaciones agotaron localidades.
El espectáculo contó con 61 músicos en escena e incluyó versiones sinfónicas de los clásicos más queridos de NTVG, combinando la fuerza del rock latinoamericano con la profundidad del universo orquestal. El público fue testigo de un viaje sonoro cargado de emoción, con arreglos imponentes y una puesta escénica impecable.
Una ovación cerrada recibió este domingo en el Teatro Vorterix a The Amy Winehouse Band, la formación original que acompañó a la legendaria artista británica durante su breve e intensa carrera. El show, liderado por su histórico bajista y director musical Dale Davis, fue mucho más que un concierto: fue una ceremonia íntima y poderosa, un reencuentro con la voz, la música y la sensibilidad de Amy Winehouse, a casi 14 años de su partida.
Desde los primeros acordes de “Know You Now”, la banda marcó el tono de lo que sería una noche de emociones profundas. Bronte Shandé, la vocalista encargada de darle cuerpo a las canciones de Amy, no intentó imitarla: la encarnó con respeto, presencia y talento. Su interpretación fue cálida y honesta, dejando que el alma de Amy se manifestara a través de cada verso.
Con un repertorio cuidadosamente seleccionado, el grupo recorrió los discos Frank, Back to Black y Lioness: Hidden Treasures, en un viaje que combinó energía soul, jazz, funk y desgarro emocional. El bloque inicial —con temas como “October Song”, “Mr. Magic (Through the Smoke)” e “In My Bed”— fue una declaración de principios: este no era un tributo cualquiera, sino la música de Amy tocada por quienes ayudaron a construirla desde el estudio y el escenario.
Entre visuales en pantalla y metraje inédito de la artista, el espectáculo fue ganando en intensidad. El público acompañó con respeto, emoción y cantó en más de una ocasión con la garganta apretada. La sección media del show —“Stronger Than Me”, “You Sent Me Flying”, “Addicted”, “Cupid”— dio paso a los éxitos más conocidos, donde la conexión fue total.
Uno de los momentos más especiales llegó con “He Can Only Hold Her”, introducida con la presentación de cada músico. Allí se lucieron los vientos (con Henry Collins, Dominic Glover, Ben Edwards y los saxofonistas Dave Temple y Frank Walden) y se reforzó lo que ya era evidente: la calidad musical del ensamble es de primer nivel.
El tramo final fue un desfile de hits: “Love Is Just a Losing Game”, “Tears Dry on Their Own”, “Back to Black”, “You Know I’m No Good”, “Me & Mr. Jones”, y por supuesto, “Rehab”, desataron la ovación total. La despedida formal incluyó “You’re Wondering Now” y “Monkey Man”, antes de que la banda regresara para cerrar con una versión inolvidable de “Valerie”, que convirtió a todo el Vorterix en un coro.
The Amy Winehouse Band no solo trajo las canciones de Amy a Buenos Aires: trajo su espíritu, su fragilidad, su genio. Fue una noche de homenaje, pero también de celebración. Porque Amy fue —y sigue siendo— única. Y en shows como este, su voz sigue viva.
La pasión por el heavy metal volvió a encontrar su santuario este sábado en Tecnópolis, Villa Martelli, donde se realizó una nueva edición del Masters of Rock. Más que un simple festival, fue un acto de resistencia cultural, una reafirmación de los códigos, estéticas y sentimientos que mantienen viva a esta comunidad pese al paso de las modas y los dictados de la industria musical.
Desde temprano, la jornada prometía ser maratónica. Con dos escenarios gemelos y una grilla que incluía trece bandas, el arranque fue puntual a las 13:00. La apertura estuvo en manos de nombres locales como Renzo Leali, La Carga, Tándem, Against, y el proyecto tributo Entre el Cielo y el Infierno, formado por exintegrantes de Rata Blanca. También destacaron Horcas, con su metal aguerrido de siempre, y el dúo instrumental On/Off, que encendió los motores para recibir a los artistas internacionales.
Los suecos de Opeth fueron los primeros en salir al ruedo internacional, entregando una dosis precisa de metal progresivo con aires de death metal, en una hora marcada por un sol implacable que bañaba el predio de Tecnópolis.
Más tarde, llegó el turno de Queensrÿche, leyendas de Seattle. Aunque la formación actual mantiene solo dos miembros originales, el vocalista Todd La Torre demostró estar a la altura del mito creado en los ’80 por Geoff Tate. Su set, centrado en los primeros discos y en los álbumes conceptuales Operation: Mindcrime y Empire, ofreció una clase maestra de técnica y emoción, coronada por clásicos como Silent Lucidity.
La emotividad se adueñó del escenario con Savatage. La histórica banda estadounidense, fundada por los hermanos Jon y Criss Oliva, rindió tributo a su legado: aunque Jon no pudo estar presente en vivo por cuestiones de salud, su figura cobró vida en las pantallas, cantando «Believe» junto a sus compañeros y generando uno de los momentos más conmovedores del día.
Ya con la noche desplegando su manto sobre Tecnópolis, Europe tomó el escenario con una propuesta más ligada al hard rock. Pese a haber sido resistidos en los ’80 por los puristas del metal por el fenómeno global de The Final Countdown, los suecos demostraron ser mucho más que un hit de época. Con la formación original intacta, Joey Tempest brilló como un frontman de raza, mientras que el virtuoso John Norum dejó su marca en cada solo de guitarra. El setlist incluyó himnos como Rock the Night, Cherokee, Superstitious (con un guiño a Whitesnake en medio del tema) y la esperada balada Carrie, confirmando que su repertorio sigue vigente y vibrante en vivo.
El plato fuerte llegó de la mano de Judas Priest, quienes tomaron el centro de la escena en Tecnópolis con un set extendido y una actuación demoledora. Detrás de una cortina adornada con frases icónicas del género, Rob Halford, Ian Hill, Scott Travis, Andy Sneap y Richie Faulkner desplegaron pura potencia. Sin respiro, encadenaron clásicos como You’ve Got Another Thing Comin’, Rapid Fire y Breaking the Law, con un Halford en estado de gracia a sus 73 años.
El repertorio recorrió joyas de diez de sus veinte discos, con paradas en himnos como Riding on the Wind, Love Bites, Saints in Hell y Sinner. Antes de interpretar Invincible Shield, Halford repasó casi toda la discografía de la banda, omitiendo solamente los trabajos de la era Tim “Ripper” Owens. El cierre fue a puro golpe de efecto: Electric Eye, Hell Bent for Leather y Living After Midnight, coronando una jornada épica que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.
Así, el Masters of Rock 2025 no fue solo una cita con la nostalgia: fue una verdadera celebración de la vigencia, la identidad y el espíritu inmortal del heavy metal.
En el marco del Masters of Rock, que se celebró en Tecnópolis, Europe ofreció una actuación vibrante y emotiva que se destacó como uno de los puntos más altos del festival.
Pasadas las 18:55, la mítica banda sueca subió al escenario ante miles de personas que, a pesar de la fresca jornada otoñal, aportaban su calor y energía. Desde el primer acorde, quedó claro que Europe no venía a cumplir, sino a conquistar una vez más a su fiel público argentino.
El setlist fue un viaje poderoso a través de su historia, combinando clásicos de los años 80 con temas más recientes. Iniciaron con temas como «Carrie» y «Cherokee», desatando una oleada de nostalgia entre los presentes. La intensidad fue en aumento con «Rock the Night» —cuyo video ya circula en redes sociales mostrando a Tecnópolis coreando cada estrofa— y «Superstitious», otro de los infaltables en sus shows.
Europe también se permitió mostrar su evolución, con canciones como «Last Look at Eden» y «Walk the Earth», reflejando la vigencia y madurez de una banda que supo reinventarse sin perder su esencia.
El cierre fue, como no podía ser de otra manera, apoteósico: «The Final Countdown» detonó un estallido de euforia colectiva. Miles de voces se unieron en un canto que cruzó generaciones, en uno de esos momentos que sólo la música en vivo puede regalar.
La voz de Joey Tempest se mantuvo impecable, potente y emotiva, mientras que el resto de la banda —con su solvencia habitual— construyó una pared sonora que hizo vibrar cada rincón del predio.
La espera terminó. Después de años de ausencia, Queensrÿche volvió a pisar suelo argentino y ofreció un show memorable en el Masters of Rock 2025, celebrado el sábado 26 de abril en Tecnópolis.
La banda estadounidense, pionera del metal progresivo de los años 80, subió al escenario pasadas las 16:40, desatando una verdadera celebración entre los fanáticos.
El show fue un viaje intenso por sus discos clásicos. La apertura con «Queen of the Reich» dejó en claro la intención de la banda: rendir homenaje a su era dorada con una ejecución impecable.
A lo largo de aproximadamente una hora, interpretaron gemas como:
«Walk in the Shadows»
«Operation: Mindcrime»
«Breaking the Silence»
«I Don’t Believe in Love»
«Take Hold of the Flame»
«Silent Lucidity» (momento emotivo de la noche)
«Empire»
«Eyes of a Stranger», que cerró su actuación en medio de una ovación ensordecedora.
Aunque esta fue la primera presentación de Queensrÿche en Argentina con Todd La Torre como vocalista —quien reemplaza a Geoff Tate desde 2012—, la esencia de la banda se mantuvo intacta. La Torre sorprendió a todos con su capacidad para alcanzar los registros agudos y dramáticos que caracterizan las composiciones clásicas de la banda, mostrando un respeto absoluto por el legado que ahora encarna.
Las guitarras de Mike Stone y Michael Wilton tejieron las armonías complejas y afiladas que definieron a Queensrÿche desde sus inicios, mientras que Eddie Jackson (bajo) y Casey Grillo (batería) sostuvieron un pulso demoledor, preciso y lleno de matices. La conexión con el público argentino fue inmediata y profunda. Cada coro, cada riff y cada silencio fueron compartidos en una comunión de respeto y admiración mutua.
Queensrÿche demostró que, a pesar de los cambios y del paso del tiempo, sigue siendo una máquina perfectamente aceitada de heavy metal progresivo, capaz de emocionar y de encender a varias generaciones de fans.
El Masters of Rock 2025 vivió un giro inesperado cuando Scorpions debió cancelar su presentación por una laringitis que afectó a Klaus Meine. Pero el vacío no duró mucho: Judas Priest tomó el centro de la escena en Tecnópolis con un set extendido y una actuación demoledora.
Detrás de una cortina adornada con frases icónicas del género, Rob Halford, Ian Hill, Scott Travis, Andy Sneap y Richie Faulkner desplegaron pura potencia. Sin respiro, encadenaron clásicos como You’ve Got Another Thing Comin’, Rapid Fire y Breaking the Law, con un Halford en estado de gracia a sus 73 años.
El repertorio incluyó joyas de diez de sus veinte discos, con paradas en himnos como Riding on the Wind, Love Bites, Saints in Hell y Sinner. Antes de interpretar Invincible Shield, Halford recordó casi toda su discografía, omitiendo solamente los trabajos de la era Tim “Ripper” Owens.
Para el cierre, tres golpes certeros: Electric Eye, Hell Bent for Leather y Living After Midnight, coronando una jornada épica.
Nonpalidece escribió una nueva página dorada en su historia con un show inolvidable en el Movistar Arena, donde presentó su disco Hecho en Jamaica ante más de 12 mil personas y una lista de invitados de lujo.
La emoción y la potencia del vivo se sintieron desde el primer acorde en una noche que coincidió con una noticia que redobla el festejo: el álbum fue nominado a los Premios Gardel como Mejor Disco de Reggae y Mejor Ingeniería de Grabación.
Con un estadio colmado y el calor del público en cada rincón, los invitados fueron subiendo a escena a lo largo de la noche, regalando momentos que ya son parte de la historia del reggae argentino. Raly Barrionuevo se sumó en Nuestras Ideas, David Cairol en Mr. Muzik, Ema Noir (de Ke Personajes) en Grita lo que sientes una versión hermosa de La Flor, mientras que Emi y Denis (de No Te Va Gustar) compartieron En el aire y una potente versión reggae de Verte Reír.
También se destacó la presencia de Brinsley Forde (legendario miembro de Aswad) en Dame Luz, y La Delio Valdez aportó su energía inconfundible en Saber a dónde ir e Inocente.
Como broche de oro, todos los artistas invitados volvieron al escenario para cerrar la noche junto a Nonpalidece con una vibrante versión de One Love, himno universal que selló con emoción una velada mágica.
Con este show, Nonpalidece no solo presentó su nuevo material grabado en Jamaica —la cuna del reggae— sino que reafirmó su lugar como referente indiscutido del género en Latinoamérica, celebrando con su público un logro artístico y profesional sin precedentes.