A principios de 1993, el legendario Johnny Cash se encontró entre contratos en su carrera de casi 40 años y grabando demos de propia composición como para sacar un álbum en los estudios LSI en Nashville de canciones que había ido escribiendo a lo largo de los años. LSI en aquel momento era propiedad de su yerno, Mike Daniels y de su hija Rosey, y quería ayudar a su familia económicamente, al mismo tiempo que grababa algunas canciones especiales para él. Poco después de aquella fructífera sesión, Johnny conoció al productor Rick Rubin y las grabaciones se quedaron aparcadas mientras se embarcaba en una de las uniones más importantes y prolíficas de la música, que revitalizó la carrera de del Hombre de Negro, que duraría el resto de su vida.
Casi treinta años más tarde, John Carter Cash, el hijo de Johnny y June Carter Cash, redescubrió las canciones y trabajó para dejar tan solo la potente y clara voz de Johnny y su guitarra acústica. Junto con el co-productor David “Fergie” Ferguson, los dos invitaron a un selecto grupo de músicos para tocar con Johnny: el guitarrista Marty Stuart, el bajista Dave Roe, el batería Pete Abbott y algunos más a la Cabaña Cash, un espacio estrecho en Hendersonville, Tennessee donde Johnny escribía, grababa y se relajaba, para insuflar nueva vida a estos temas, llevando el sonido de vuelta a las raíces y al corazón de las canciones.
Saliendo el 28 de junio a través de Mercury Nashville/Ume, el sencillo y acertado título, Songwriter (compositor) incluye canciones solo de Johnny Cash, uno de los compositores y narradores más importantes. Al centrarnos en las propias composiciones de Cash, la colección de 11 canciones muestra el abanico de sus composiciones, que siempre han representado la gran amplitud de la condición humana: hay canciones sobre el amor, la familia, la pena, la belleza, la salvación espiritual, la supervivencia, la redención y por supuesto, un poco de ese típico sentido del humor por el que Johnny era conocido, todo cantado con su grave, inconfundible e inimitable voz.
Songwriter estará disponible en streaming y descarga así como en CD y en una variedad de vinilos, que incluyen el estándar en negro y varias ediciones limitadas en una serie de colores.
Hoy ya está disponible un avance de Songwriter con la salida de su primer single “Well Alright”, una canción optimista y pegadiza sobre encontrar el amor en el sitio más improbable: en la lavandería. Con sus letras divertidas, ritmo imparable y tenso sonido de bajo, “Well Alright” es Johnny Cash en esencia, volviendo a sus éxitos de los 50 como “Get Rhythm”, “Five Feet High and Rising”, “Cry! Cry! Cry!” y “Big River”.
“El consejo de papa con cualquier cosa, tanto sobre la vida o sobre hacer música, siempre fue ‘sigue tu corazón’”, cuenta John Carter. Y es esto tan obvio lo que le llevó a guiarse en cada paso del camino cuando hizo Songwriter. Después de desnudar las grabaciones originales para dejar solo la voz y la guitarra de Johnny, llamó a Fergie, un amigo de toda la vida e ingeniero de Johhny de casi treinta años, y los dos se embarcaron en la creación de un álbum que honrara y amplificara la composición y la mítica voz de Johnny al tiempo que se mantuvieron fieles al espíritu de las grabaciones. Junto con John Carter, Fergie es una de las personas que conocían mejor lo que le gustaba a Johnny a la hora de grabar porque trabajaron juntos a principios de los años 80 cuando él era ingeniero de la casa de Cowboy Jack Clement donde a Johnny le gustaba normalmente grabar. Trabajó con él en muchos discos, incluidos los álbumes de Mercury y la tan aclamada serie American Recordings con Rick Rubin, incluso grabando sus últimas canciones hasta el final de su vida en 2003. “Siempre será mi héroe y me siento el hombre con más suerte del mundo por haber grabado con él”, dice Fergie.
Cuando llegó el momento de llamar a una banda, dos músicos eran esenciales: el guitarrista Marty Stuart, que tocó con Johnny en su banda The Tennesse Three desde el año 80 al 86, y el ya fallecido, genial bajista Dave Roe, que giró con la banda de Johnny, a comienzos de los años 90 y durante casi una década. Para Roe, la experiencia fue una oportunidad para volver a trabajar en ese material ya que él había trabajado en las sesiones originales del 93, pero a pesar de ser un increíble bajista eléctrico, el contrabajo era nuevo para él y le faltaba experiencia. De hecho, después de un concierto sobre esa misma fecha, Johnny le pagó unas lecciones a Roe y le dijo que le daba 6 meses para aprender a tocar. Roe terminaría convirtiéndose en uno de los mejores bajistas con la técnica “slap” del mundo y tocó en cientos de álbumes antes de su muerte en el 2003. Songwriter es probablemente una de sus últimas sesiones.
El batería, Pete Abbott, de Average White Band, entre muchas otras bandas y premios, llegó para completar el trío que grabó juntos y por separado en la Cabaña Cash, el santuario y espacio de estudio que construyó Johnny en su propiedad en 1979 y donde John Carter siguió grabando el disco. Otros nombres importantes de lo mejorcito de Nashville como Ana Cristina Cash (background vocals), Matt Combs (acoustic guitar, mandolin, strings), Mike Rojas (B3 organ, piano), Russ Pahl (acoustic & electric guitar, bass, dobro, steel) y Sam Bacco (congas, percussion) se alistaron para redondear al corazón de la banda para la mayoría del álbum, mientras que otros como el guitarrista Kerry Marx y el vocalista Harry Stinson hacen apariciones en algunas canciones seleccionadas. “Todos esos chicos son lo mejor, la creme de la creme”, dice Fergie.
Dan Auerbach de los Black Keys ofrece un solo blues de guitarra en la canción “Spotlight” y Vince Gill le presta su voz a “Poor Valley Girl”. El viejo amigo de Johnny, la leyenda rebelde del country, Waylon Jennings, canta en dos canciones en la sesión original, “I Love You Tonite” y “Like A Soldier”.
“Nadie toca a Cash mejor que Marty Stuart y Dave Roe por supuesto tocó con papá muchos años”, dice John Carter. “Los músicos que se unieron estaban sincronizados con papá, sabes, grabando con papá, justo como, en el caso de Marty y Dave, que lo habían hecho tantas veces antes, así que conocían sus energías, sus movimientos y le dejaron ser el guía. Era como estar tocando con Johnny de nuevo y así fue. Esa fue la energía con la surgió todo”.
Mientras que la interpretación de los músicos en las grabaciones originales de 1993 eran potentes, la calidad del sonido dejaba que desear ya que colocaba la música en una época muy concreta. Al grabar con una banda nueva, John y Fergie, junto con el ingeniero Trey Call, devolvieron a Johnny a la edad moderna y consiguieron una grabación de sonido increíble que suena como su Johnny lo hubiera grabado hoy.
“Fuimos a lo básico”, cuenta John Carter sobre la aproximación al proyecto. “Fuimos directamente a las raíces, en lo que toca al sonido, e intentamos no aumentarlo. Lo construimos como si papá hubiera estado en la habitación. Es lo que intentamos hacer. Entre los dos, Fergie y yo hemos pasado miles de horas con papá en el estudio de grabación, así que intentamos actuar como si estuviera allí: WWJCD (what would Johnny Cash Do), ¿no?”.
“Creo que este disco es la manera en que me hubiera gustado hacerlo si hubiera tenido que hacerme cargo de hacer un disco, antes de Rick Rubin o después de Jack Clement”, dice Fergie. “Conozco a John Carter desde que era un niño, así que es genial que finalmente haya podido trabajar con él. Me dio mucha libertad, especialmente en términos de onda y cosas. Estuvimos en la misma página siempre. Nunca hubo una conversación o plan de hacer un producto, era en plan, hagámoslo lo mejor que podamos”.