
El murciano y el colombiano se unen en una colaboración emotiva que conecta España y Latinoamérica desde la vulnerabilidad y el respeto por la tradición del corrido mexicano.
“El Corrido”, la nueva canción de Soge Culebra junto a Manuel Turizo, ya está disponible en todas las plataformas digitales y confirma algo que muchos intuían: cuando la música nace desde la verdad, no necesita fórmulas. Con guitarras que evocan la raíz mexicana y una estructura que honra la narrativa del corrido tradicional, el tema escapa de las modas para contar una historia tan simple como intensa: el desgaste emocional del amor a distancia.
“Por llorar cancelé el show, no voy a cantar” y “Ya me harté de falsear por el Instagram” son versos que reflejan la crudeza con la que ambos artistas enfrentan el desarraigo. Lejos de lo superficial, la canción propone un viaje introspectivo sobre lo que cuesta sostener un vínculo cuando lo cotidiano se rompe y las redes sociales maquillan el dolor.
La unión entre Soge Culebra, una de las voces más potentes y personales del urbano español, y Manuel Turizo, referente del pop latino y responsable de éxitos como La Bachata o El Merengue, fluye de manera natural. Turizo aporta sensibilidad melódica y amplitud de alcance, mientras Soge sostiene el corazón del relato con la emoción cruda que lo caracteriza.
“El Corrido” no es ajeno a los fans de Soge: hace más de un año el artista compartió un fragmento en TikTok, y el tema se viralizó poco después en un video donde lo interpretaba en vivo con mariachis. Desde entonces, sus seguidores esperaban con ansiedad el lanzamiento oficial.
Que ese lanzamiento se dé ahora y junto a Manuel Turizo no es casual. Hay una madurez en la interpretación y una apuesta por trascender géneros y geografías, algo que Soge viene trabajando con colaboraciones anteriores con Quevedo, FMK, Recycled J, Marc Seguí, Micro TDH, Saiko y Abraham Mateo.
«El Corrido» no solo es una canción: es el puente emocional entre dos mundos, una declaración artística sobre lo que pasa cuando la honestidad se impone sobre el marketing. Una historia íntima que ya es de todos.