Un álbum crudo, honesto y cambiante: el legendario músico canadiense lanza una obra fiel a su estilo, con momentos de belleza, distorsión y crítica social.
Neil Young presentó Talkin to the Trees, su primer trabajo junto a su nueva banda Chrome Hearts, conformada por viejos conocidos: Micah Nelson en guitarra, Corey McCormick en bajo y Anthony Logerfo en batería —todos miembros de Promise of the Real—, además del histórico Spooner Oldham en teclados, colaborador de Young desde 1978.
Grabado en 2024, editado en 2025: pura intuición creativa
El álbum fue registrado en 2024 y lanzado este mes. Fiel a su filosofía, Young graba lo que siente sin filtros. Así, el disco combina:
- Canciones folk como la que da título al álbum,
- Pasajes de rock distorsionado al estilo Crazy Horse, como Big Change o Dark Mirage,
- Y temas con raíz country como Thankful y First Fire of Winter.
Momentos brillantes… y otros no tanto
El disco incluye gemas emotivas y explosivas, pero también piezas desparejas:
- Silver Eagle, un homenaje a su micro de gira, suena nostálgica pero irregular.
- Let’s Roll Again critica a la industria automotriz con un tono algo improvisado.
- Family Life, balada dedicada a su familia, da paso a Dark Mirage, tema que algunos interpretan como una alusión a conflictos tras su divorcio en 2014, previo a su matrimonio con Daryl Hannah.
Un disco «marca Neil Young»
Con más de 60 años de carrera, Neil Young entrega un álbum que no busca agradar: Talkin to the Trees es visceral, honesto, inestable y profundamente humano. Como siempre, el canadiense sigue su brújula interior, sin concesiones.