Este viernes 20 de junio, la banda Los Deseos ofreció un show demoledor en Tío Bizarro (Burzaco). En una noche cargada de distorsión, intensidad emocional y conexión con el público, el grupo dejó en claro que su propuesta llegó para marcar un nuevo pulso en el rock argentino.
Con una sala colmada, Walter Lema (voz), Diego Otero (guitarra), Mana Gómez (bajo) y Sole Anaya (batería) desplegaron sobre el escenario un repertorio filoso y visceral. Las canciones de su LP Cicatrizante—lanzado el pasado 14 de marzo—sonaron con una fuerza renovada, envolviendo al público en un viaje de texturas ruidosas y melodías cargadas de tensión.
Cicatrizante fue grabado en el mítico estudio Club Bond (La Boca), con producción de Leo Ramella (Emisor), y editado por Ediciones Conexión en formato digital y también en una exclusiva tirada en cassette. El LP captura a la perfección la identidad de la banda: un sonido crudo, áspero y emocional, donde lo melódico convive con la abrasión sonora sin perder sensibilidad ni contundencia.
Un primer paso firme en la escena emergente
Con varios sencillos editados en su EP Singles (2023) y con el flamante Cicatrizante, Los Deseos marcan su ingreso oficial a la escena del rock independiente, luego de un proceso de exploración sonora que toma forma definitiva en este trabajo.
El artista británico de 27 años estrenó Idols, la primera parte de un álbum doble que refleja su madurez creativa. Grabado en Leeds, lejos de los estudios convencionales, el trabajo muestra una evolución en sonido, concepto y profundidad lírica.
Con una carrera que ya acumula 6 mil millones de reproducciones globales y dos discos número uno en el Reino Unido, Yungblud pisa fuerte con el lanzamiento de su cuarto álbum de estudio, Idols. Esta primera parte de un ambicioso proyecto doble (la segunda aún sin fecha anunciada) encuentra al músico en un momento clave de crecimiento artístico, dejando atrás los moldes tradicionales y apostando por una voz más personal y auténtica.
Grabado en Leeds junto a su equipo más cercano —el productor y compositor Matt Schwartz, el guitarrista Adam Warrington y el multiinstrumentista Bob Bradley—, Yungblud eligió aislarse de influencias externas y refugiarse cerca de Doncaster, su ciudad natal. El objetivo: escapar de las fórmulas del pop y el rock industrializados, y componer desde el lugar más crudo de su identidad.
El primer golpe del disco fue «Hello Heaven, Hello», un lanzamiento atípico de 9 minutos y seis segundos que se convirtió en el tema más destacado del programa de Jack Saunders en BBC Radio 1. Le siguió la furiosa «Lovesick Lullaby», presentada con un gesto de cercanía total: Yungblud se metió detrás de la barra del mítico Hawley Arms de Londres y sirvió tragos a sus fans. BBC News definió la canción como: “la sonrisa burlona de Liam Gallagher con armonías de los Beach Boys”.
Más recientemente, el artista sorprendió con «Zombie», un tema profundo acompañado de un video conmovedor codirigido junto a la actriz nominada al Oscar Florence Pugh. Una declaración visual y lírica en homenaje al personal sanitario británico, que marca uno de los picos emocionales del disco.
Pero es «Ghosts», la canción principal, la que condensa con mayor claridad el espíritu de Idols. Una balada al piano, vulnerable y desgarradora, que cuenta con una de las interpretaciones vocales más sentidas de la carrera de Yungblud. “La escribí caminando por la orilla del Támesis, pensando en toda la gente que pasó por ahí y en lo fugaz que es la vida”, contó el músico. El outro, inspirado en la ópera y en «El Rey y Yo», marca un quiebre: una fusión inesperada que él mismo definió como “una locura hermosa”.
Idols no solo representa un nuevo capítulo sonoro para Yungblud, sino también un manifiesto artístico: la afirmación de que la vulnerabilidad también puede gritar. Con una propuesta más compleja y emocional, el disco lo posiciona como uno de los nombres más inquietos y auténticos del rock alternativo actual.