Gary ‘Mani’ Mounfield, pieza clave en el llamado “sonido Manchester” de las décadas de los 80 y los 90 del siglo pasado, bajista de bandas como The Stone Roses y Primal Scream, falleció a los 63 años. En una publicación en Facebook, su hermano Greg lo comunicó con el siguiente escrito: “Con el corazón destrozado, anuncio el triste fallecimiento de mi hermano Gary ‘Mani’ Mounfield. Descansa en paz, RKID”. La causa de la muerte no fue revelada.
El mundo de la música llenó las redes de homenajes tras el anuncio de su fallecimiento. La cantante de Happy Mondays, Rowetta, publicó en X: “Te voy a extrañar muchísimo. Todo mi amor para los chicos, la familia y todos los que lo conocieron y amaron”. Su compañero de banda en The Roses, Ian Brown, publicó en X: “Descansa en paz, Mani X”. Tim Burgess, de The Charlatans, lo describió como “uno de los mejores en todos los sentidos; un amigo entrañable”. Por su parte, el cantante de Oasis, Liam Gallagher, escribió en esta misma red: “Estoy totalmente conmocionado y absolutamente devastado al enterarme de la noticia sobre Mani Mounfield, mi héroe”.
Mounfield había anunciado recientemente una extensa gira de conferencias por el Reino Unido, que abarcaría desde septiembre de 2026 hasta junio de 2027, en la que prometió repasar momentos clave de su carrera, como el concierto de los Stone Roses en Spike Island en 1990 y su gira de regreso en 2011.
El músico británico de rock, originario de Crumpsall, Manchester, saltó a la fama tras unirse a The Stone Roses en la década de 1980. Participó en los dos álbumes de la banda y permaneció en The Stone Roses hasta su disolución en 1996, para luego unirse a Primal Scream, el proyecto del ex The Jesus and Mary Chain Bobby Gillespie. En 2011, anunció su salida de Primal Scream para reformar The Stone Roses.
En una entrevista en 2006 la revista Uncut, Mounfied reflexionaba sobre su vida y su éxito. A pesar de que le había dolido la separación de los Stone Roses, dijo: “Nunca lo veré como una misión fallida; soy del norte de Manchester, no de la mejor zona, y di la vuelta al mundo dos o tres veces tocando música. Sigo viviendo cómodamente, tengo casa. Podría haber terminado traficando con crack, robando coches o asaltando casas, como muchos de mis amigos. O muerto”.
La música brasileña amaneció de luto tras la muerte de Jards Macalé, una de las voces más singulares y audaces de la cultura nacional. El artista falleció ayer en Río de Janeiro, a los 82 años, cerrando una trayectoria que abarcó más de seis décadas y lo convirtió en símbolo de irreverencia, libertad creativa y profunda sensibilidad estética.
Conocido por su aporte esencial a la Música Popular Brasileña (MPB), Macalé se transformó en una figura irreemplazable desde los años 60, período en el que empezó a desplegar un talento que lo llevó a cruzarse con algunos de los nombres más influyentes de la escena musical.
Macalé, un artista sin concesiones
Detrás del nombre artístico se encontraba Jards Anet da Silva, creador incansable que nunca aceptó moldes. A lo largo de su carrera se desempeñó como compositor, cantante, guitarrista, arreglador y también actor, siempre guiado por una búsqueda estética que priorizaba la autenticidad y la experimentación.
Adiós a Jards Macalé, referente ineludible de la música popular brasileña. Foto Facebook Jards Macalé
Fue protagonista de movimientos de vanguardia y colaboró estrechamente con referentes como Caetano Veloso, Gal Costa y Gilberto Gil, con quienes compartió no sólo escenarios, sino también proyectos que ayudarían a redefinir los rumbos de la música brasileña.
Un disco de culto y la consagración definitiva
Entre los momentos determinantes de su obra aparece el emblemático álbum Jards Macalé (1972), considerado un verdadero manifiesto artístico de la contracultura. Allí nacieron canciones como “Vapor Barato” y “Movimento dos Barcos”, que con el tiempo se transformarían en clásicos del repertorio nacional.
Su estilo, una mezcla de samba, jazz, poesía urbana y experimentación sonora, consolidó una marca personal que lo distinguió en el universo musical y lo ubicó como un artista comprometido con una mirada crítica de la realidad.
El último adiós y un mensaje cargado de emoción
La confirmación pública de su fallecimiento llegó a través de sus redes oficiales, donde se publicó un mensaje conmovedor: “Jards Macalé nos ha dejado hoy. Se despertó de la cirugía cantando ‘My Name is Gal’ con toda la energía y buen humor que siempre tuvo. Cante, canta, canta. Así es como siempre recordaremos a nuestro maestro, maestro y faro de libertad. Gracias de antemano por el cariño, amor y admiración de todos”.
Imagen compartida en las redes oficiales del músico en el anuncio de su fallecimiento Foto Facebook Jards Macalé
El velorio se realiza este martes en el Palacio Gustavo Capanema, en Río de Janeiro, mientras que el entierro tendrá lugar en el Cementerio Bautista de São João. En las redes también se difundió una frase del músico que resume su filosofía artística: “En la suma de todas las cosas, lo que queda es arte / Ya no quiero estar a la moda, quiero ser eterno”.
Una influencia internacional que trascendió generaciones
Además de su obra en solitario, Macalé dejó una huella profunda como arreglador y colaborador. Participó en discos históricos de Gal Costa —como Gal Costa (1969) y Le-Gal (1970)— y fue responsable de la dirección musical de la obra teatral Gal a Todo Vapor. También incursionó en el cine, componiendo para películas que hoy son referentes dentro del Séptimo Arte brasileño.
Jards Macalé en un show del año 2012.
Su voz áspera y su forma visceral de interpretar lo llevaron a transformar cada presentación en una experiencia intensa. En pleno periodo de dictadura militar y luego en los años de redemocratización, su música funcionó como vehículo de cuestionamiento, resistencia y reflexión.
Entre sus composiciones más recordadas están “Mal Secreto” y “Hotel das Estrelas”, piezas que encarnan su mirada crítica y poética sobre el país.
Un legado que no deja de crecer
Macalé no sólo dejó un catálogo valioso, sino también una influencia que sigue viva en músicos de distintas generaciones. Obras como O Q Faço é Música (1997) y Besta Fera (2019) continúan inspirando a artistas que lo consideran faro de creatividad y coherencia estética.
El impacto de su muerte provocó numerosas reacciones en redes sociales y en la prensa brasileña. Actores culturales, músicos de la MPB, referentes políticos y admiradores de todas las edades destacaron su espíritu inconformista y su constante búsqueda “de nuevos sonidos y palabras”.
La partida de Jards Macalé marca el final de una era, pero su obra permanece como testimonio de que la música puede ser, a la vez, libertad, resistencia y belleza.
El mundo de la música electrónica está de luto: Dave Ball, cofundador del legendario dúo británico Soft Cell —responsable de himnos como “Tainted Love”— murió el miércoles 22 de octubre de 2025 a los 66 años, de forma pacífica en su domicilio en Londres.
Una vida, múltiples revoluciones
Ball nació como David James Ball el 3 de mayo de 1959 en Chester, Inglaterra, y fue criado en Blackpool tras haber sido adoptado. Su fascinación por la música electrónica surgió cuando escuchó a Kraftwerk y su “Autobahn”, un momento clave que lo lanzó hacia una vida de experimentación sonora.
En 1977 conoció a Marc Almond en Leeds Polytechnic y juntos formaron Soft Cell. Su álbum debut, Non‑Stop Erotic Cabaret (1981), abrió camino con su estilo oscuro, provocador y electrónico, que combinaba pop, soul y art-punk. “Tainted Love” se convirtió en un fenómeno internacional, llevando a Soft Cell a los primeros puestos de las listas y dejando una huella imborrable en el pop de los 80.
Más allá del éxito de los 80
Si bien es en Soft Cell que Ball alcanzó fama masiva, su curiosidad y su talento lo llevaron a explorar otros territorios. En los años 90 cofundó el proyecto The Grid junto a Richard Norris, con éxitos como “Swamp Thing”. También colaboró y produjo para artistas como Kylie Minogue, David Bowie, los Pet Shop Boys y Erasure.
Último capítulo: salud frágil, creatividad intacta
En los últimos años su salud se deterioró: en marzo de 2022 sufrió una caída que le provocó fracturas en la columna y varias costillas, lo que lo tuvo varios meses en coma inducido tras contraer neumonía y sepsis. A pesar de eso, Ball siguió trabajando sin descanso. En agosto de 2025, Soft Cell actuó en el Rewind Festival, y apenas días antes de su muerte habían completado el álbum Danceteria, que será el último de la banda.
Su compañero Marc Almond lo definió como “un genio musical maravillosamente brillante” y confesó que “él estaba en un gran lugar emocional, feliz con el nuevo álbum que terminamos hace unos días”.
El legado que deja Dave Ball
Dave Ball no fue un músico de cara al estroboscópico escenario; su papel estaba detrás de los sintetizadores, los cables, la programación, los efectos, el espacio donde la máquina se convierte en emoción. Su sonido definió lo que sería la nueva ola de la electrónica pop.
Algunas de sus contribuciones clave:
Redefinió el pop con atmósferas frías, sofisticadas y sensuales al mismo tiempo.
Ayudó a mostrar que la música electrónica podía tener alma y no solo ritmo.
Influenció a generaciones de artistas de pop, dance y techno.
Demostró que la resiliencia importa: aun con salud frágil, siguió produciendo y creando hasta el final.
¿Por qué importa en Argentina (y globalmente)?
Para el público hispanohablante, Soft Cell y Ball representan un puente entre los 80 flamboyantes y la música electrónica de club que dominaría los 90 y 2000. “Tainted Love” no solo fue un hit global, sino un himno que se bailó en discotecas de Buenos Aires, Madrid o Ciudad de México.
Además, su trayectoria muestra que la vanguardia no está reservada exclusivamente a géneros underground: se puede llegar al mainstream haciendo lo propio, sin perder autenticidad.
Despedida
Hoy, 24 de octubre de 2025, el mundo pierde a uno de los arquitectos del pop electrónico moderno. Dave Ball se va, pero su sonido —ese click de sintetizador, esa atmósfera entre melancólica y danzante— se queda. En cada disco que pongan, en cada club que enciendan, en cada playlist ochentera o en cada sample de un DJ internacional, habrá un rastro de su ingenio.
“Alguien, en alguna parte del mundo, en este mismo instante, escucha una canción de Soft Cell…” — Marc Almond.
Descansa en paz, Dave Ball. Y gracias por enseñarnos que bajo los cables y los beats también existe la emoción.
Sam Rivers, bajista y cofundador de la banda estadounidense de nu metal Limp Bizkit, murió a los 48 años, según anunció el grupo el sábado por la noche. “Hoy perdimos a nuestro hermano. Nuestro compañero de banda. Nuestro latido”, escribieron en un comunicado en redes sociales el cantante Fred Durst, el guitarrista Wes Borland, el baterista John Otto y DJ Lethal. La publicación no especificó la causa de la muerte.
En su mensaje, los integrantes del grupo destacaron el legado y la sensibilidad musical de su compañero. “No era solo nuestro bajista, era pura magia. Desde la primera nota que tocamos juntos, Sam aportó una luz y un ritmo insuperables. Su talento era natural, su presencia inolvidable, su corazón enorme”, expresaron. “Tu música nunca se detiene”, agregaron, despidiéndose de quien definieron como una “verdadera leyenda de leyendas”.
Rivers fundó Limp Bizkit junto a Fred Durst en 1994, en Jacksonville, Florida, combinando influencias del metal con rap y una actitud provocadora que los convertiría en una de las bandas más representativas del nu metal. Su primer álbum, Three Dollar Bill, Y’all (1997), marcó el inicio de una carrera que alcanzó su punto más alto a comienzos de los 2000 con discos como Significant Other (1999) y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water (2000), que vendió millones de copias en todo el mundo y obtuvo un disco de oro en Francia por superar las 100.000 unidades vendidas.
Rivers en Limp Bizkit
Rivers dejó la banda en 2015, pero regresó en 2018 para participar en el álbum Still Sucks (2021), el último lanzamiento del grupo hasta la fecha. Su regreso fue celebrado por los fans, que siempre lo consideraron una pieza fundamental del sonido distintivo de Limp Bizkit: una mezcla explosiva de riffs pesados, bases funk y actitud rebelde.
Con la muerte de Sam Rivers, Limp Bizkit pierde una parte esencial de su identidad sonora, pero su legado quedará grabado en los bajos potentes y los himnos que marcaron a toda una generación.
John Lodge, bajista de The Moody Blues, falleció este viernes 10 de octubre de 2025 a los 82 años, según informó su familia en un comunicado oficial. La muerte fue descrita como “repentina e inesperada”, y aconteció rodeado de sus seres queridos, en un ambiente de intimidad y respeto.
Este anuncio ha sacudido al mundo de la música rock y al universo de los fanáticos de The Moody Blues. John Lodge fue una figura clave no solo por su papel como bajista, sino también como vocalista, compositor y miembro esencial del icónico sonido progresivo que supo conquistar generaciones.
John Charles Lodge nació en Birmingham, Inglaterra, el 20 de julio de 1943. Desde joven se apasionó por la música y se integró en la escena local hasta que, en 1966, se unió oficialmente a The Moody Blues junto a Justin Hayward, reemplazando a miembros fundadores como Denny Laine y Clint Warwick.
Durante décadas, Lodge aportó con su estilo vocal distintivo y su sólido trabajo en el bajo. Participó en clásicos que aún hoy se escuchan y rememoran: “Nights in White Satin”, “Question”, “Isn’t Life Strange”, entre otros.
El grupo evolucionó del rock psicodélico hacia el rock progresivo y al rock sinfónico, con álbumes emblemáticos como Days of Future Passed (1967) e In Search of the Lost Chord (1968). Lodge fue parte central de ese proceso creativo.
Después de años de actividad conjunta, The Moody Blues dejó de actuar como banda operativa alrededor de 2018, tras la muerte o retiro de varios miembros. Sin embargo, Lodge siguió activo como solista, llevando el legado del grupo en giras centradas en los grandes clásicos.
Los últimos trabajos de Lodge
En 2025, John Lodge estaba en actividad: había lanzado un EP llamado Love Conquers All y tenía planeada una gira en solitario para interpretar en vivo los clásicos de The Moody Blues, incluyendo el álbum Days of Future Passed en su totalidad.
Las fechas previstas incluían etapas en EE. UU., con paradas en California, Arizona, Texas y Oklahoma.El objetivo de Lodge era mantener viva la música de su banda histórica, con versiones renovadas pero fieles al espíritu original.
También en 2025 había publicado declaraciones en las que expresaba su compromiso por conservar el legado desde su faceta solista, interpretando tanto sus composiciones como clásicos que ya forman parte de la memoria colectiva.
Una de sus últimas presentaciones destacadas fue una gira interpretando Days of Future Passed frente a público, antes de que su salud se convirtiera en un factor limitante.
La familia del músico emitió un comunicado:
“Con profunda tristeza tenemos que anunciar que John Lodge, nuestro querido esposo, padre, abuelo, suegro y hermano, nos ha sido arrebatado de forma repentina e inesperada… rodeado de sus seres queridos y con la música de The Everly Brothers y Buddy Holly.”
También expresaron que extrañarán su “amor, su sonrisa, su amabilidad y su apoyo incondicional e infinito”. Y añadieron que seguirán adelante “con paz, rodeados del amor que él nos tenía a cada uno de nosotros”.
Legado musical e importancia en la historia del rock
John Lodge deja un legado sólido. No solo como bajista, sino como compositor, ocasional vocalista y figura que ayudó a consolidar el sonido distintivo de The Moody Blues. Además:
Fue parte esencial de álbumes conceptuales que fusionaban rock, orquestaciones y poesía sonora.
Contribuyó con composiciones originales que formaron parte del repertorio más recordado del grupo.
Participó en las adaptaciones en vivo con renovaciones constantes del repertorio para nuevas generaciones.
Mantuvo una carrera solista activa, defendiendo el legado del grupo incluso después del final formal de la banda.
Fue reconocido dentro del ámbito musical hasta los últimos años de su vida, con giras y producciones nuevas.
Aunque los miembros originales de The Moody Blues como Mike Pinder (fallecido en 2024) y Denny Laine (fallecido en 2023) ya no están con nosotros, el paso de Lodge cierra otro capítulo en la historia del mítico conjunto británico.
La relevancia de The Moody Blues en la música progresiva, psicodélica y rock sinfónico es indiscutible, y Lodge fue un protagonista activo de esa historia.
Impacto, reacciones y miradas hacia el futuro
Desde el anuncio de su muerte, han surgido homenajes de fans, músicos y medios especializados, reconociendo su talento, su coherencia artística y su modestia como persona.
El cierre de su etapa artística abre interrogantes: ¿quién llevará adelante su legado musical? ¿Habrá reediciones, homenajes oficiales, discos póstumos o conciertos tributo? Probablemente sí, pues su obra y su presencia en el rock lo garantizan.
También cabe esperar que nuevas audiencias redescubran The Moody Blues a través de su obra colectiva y su figura como uno de los pilares del sonido británico de fines del siglo XX.
Murió a los 76 años una de las figuras más influyentes de la historia del rock. Fundador de Black Sabbath, pionero del metal y personaje icónico de la cultura pop, su legado trasciende la música.
Ozzy Osbourne no fue solo un cantante de rock: fue una fuerza incontrolable, un símbolo del exceso, la oscuridad y la reinvención. Falleció este martes a los 76 años, dejando atrás una carrera monumental que comenzó en las fábricas de Birmingham y terminó en los escenarios más grandes del mundo, consagrándolo como el inconfundible Príncipe de las Tinieblas.
De Aston al mundo: los orígenes del mito
Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948 en Aston, Birmingham, creció en un entorno obrero y dejó la escuela a los 15 años. Pasó por varios oficios hasta que, junto a sus amigos Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, formó en 1968 la banda que cambiaría la historia del rock: Black Sabbath.
«Inventamos algo que no sabíamos que iba a ser tan grande«, solía decir Ozzy sobre el nacimiento del heavy metal, con riffs densos, letras oscuras y una actitud desafiante que marcó época.
Con himnos como «Paranoid», «War Pigs» e «Iron Man», Sabbath se convirtió en un ícono del rock duro, vendiendo más de 70 millones de discos. En escena, Osbourne desarrolló un personaje sombrío, provocador y magnético. Uno de los momentos más recordados fue cuando mordió la cabeza de un murciélago en pleno show en 1982. “Pensé que era de goma”, confesó más tarde. Tuvo que ser tratado contra la rabia.
Carrera solista: el rugido no se detuvo
En 1979, Ozzy fue expulsado de Black Sabbath debido a tensiones internas y a sus adicciones. Pero lejos de hundirse, lanzó su carrera solista con el disco «Blizzard of Ozz» (1980), que incluía clásicos como «Crazy Train» y «Mr. Crowley». “Me habían dado por muerto, así que me propuse demostrar que estaban equivocados”, dijo alguna vez.
Le siguieron discos que definieron el género como «Bark at the Moon» (1983), «No Rest For The Wicked» (1988) y «No More Tears» (1991). Con su melena negra, sus gafas oscuras y esa voz rasgada, se consolidó como un símbolo absoluto del heavy metal.
En los años noventa, junto a su esposa y mánager Sharon Osbourne, creó el festival Ozzfest, que se convirtió en una plataforma clave para bandas de metal en Estados Unidos y Europa.
Más allá del escenario: TV, familia y enfermedad
Entre 2002 y 2005, Ozzy protagonizó el reality show «The Osbournes», que mostraba su vida cotidiana en Los Ángeles con Sharon y sus hijos Jack y Kelly. El programa fue un éxito rotundo y lo transformó en una figura de la cultura pop.
En 2019, reveló que había sido diagnosticado con Parkinson, pero continuó actuando mientras pudo. Su última reunión con Black Sabbath fue el 5 de julio de 2025 en el concierto homenaje «Back to the Beginning» en Birmingham, donde compartió escenario con leyendas como Anthrax, Metallica y Guns N’ Roses.
Actuó sentado en un trono negro, como un rey del metal rodeado de sus discípulos.
Una leyenda para siempre
Ganador de 5 premios Grammy y 12 nominaciones, Ozzy Osbourne fue mucho más que un cantante exitoso. Fue un innovador, un provocador y un ícono cultural que trascendió generaciones.
«Fui un loco, un adicto, un payaso… pero también fui parte de algo grande«, dijo en una de sus últimas entrevistas. La historia del rock no podría contarse sin él.
El icónico cantante falleció a los 76 años, acompañado por su familia. Figura central del metal, escandaloso e inolvidable, dejó un legado que marcó a generaciones.
Ozzy Osbourne, el inolvidable vocalista de Black Sabbath, murió este martes a los 76 años, “rodeado de amor”, según confirmó su familia en un comunicado.
“Con más tristeza de la que las palabras pueden expresar, tenemos que informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos que se respete la privacidad de nuestra familia en este momento”, señala el texto.
En 2020, Osbourne había revelado que padecía Parkinson, luego de una dura caída que lo afectó seriamente. Su imagen irreverente y su vida cargada de excesos lo convirtieron en una figura polémica: desde sus atuendos negros hasta el escándalo por morder la cabeza de un murciélago en pleno show, siempre estuvo en el ojo de la tormenta. Pero también mostró su lado más humano en el reality familiar “The Osbournes”, donde se reveló como un padre torpe pero entrañable.
El álbum debut de Black Sabbath (1969), considerado por muchos como el nacimiento mismo del heavy metal, fue un golpe de realidad sonora en plena era hippie. Con una portada inquietante y canciones cargadas de oscuridad, marcó un antes y un después en el rock. El segundo disco de la banda, “Paranoid”, incluyó himnos inmortales como “War Pigs», «Iron Man» y «Fairies Wear Boots», convirtiéndose en uno de los discos más influyentes del género. Aunque el tema “Paranoid” apenas alcanzó el puesto 61 del Hot 100 de Billboard, se convirtió en la canción emblema del grupo.
En palabras de Dave Navarro (Jane’s Addiction), publicadas en Rolling Stone:
“Black Sabbath son los Beatles del heavy metal. Cualquiera que sea serio sobre el metal te dirá que todo se reduce a Sabbath”.
La muerte de Osbourne se produce apenas 16 días después de una histórica reunión con los miembros de Black Sabbath en el estadio del Aston Villa, en su natal Birmingham, donde también estuvieron presentes bandas como Guns N’ Roses y Metallica. Ese día, Osbourne anunció que no planeaba volver a presentarse en vivo, aunque dejó abierta la posibilidad de seguir grabando en estudio.
Araceli Julio, reconocida por su trayectoria como vocalista de Satélite Kingston y su lucha por el acceso a tratamientos oncológicos, falleció anoche a los 39 años en el Hospital Central de San Isidro. Su muerte fue confirmada este jueves por sus compañeros de banda, con quienes compartió más de dos décadas de música.
Conocida artísticamente como Julia, Julio nació en La Plata y fue madre de un hijo y una hija. En los últimos meses se convirtió en una figura pública no solo por su voz distintiva dentro del ska argentino, sino también por haber denunciado la interrupción de su tratamiento contra un cáncer agresivo a causa de los recortes en salud implementados por el Gobierno de Javier Milei.
En enero de 2024, la artista hizo su primera denuncia pública: la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE), dependiente del Ministerio de Salud, había interrumpido la provisión de sus medicamentos. A partir de entonces, su historia generó una ola de solidaridad que incluyó festivales, colectas y el acompañamiento de organismos de derechos humanos. Con esos fondos, logró iniciar un recurso de amparo, que ganó. Sin embargo, el Estado apeló, y los medicamentos no llegaron a tiempo.
El pasado 5 de julio se realizó un último festival en su honor. Para entonces, el deterioro de su salud ya era visible, aunque se mantuvo acompañada de familiares, amigos y colegas.
La que canta es Araceli Julio junto a su banda Satélite Kingston.
Tenía 39 años cuando falleció anoche. Era paciente oncológica y el gobierno de Milei le cortó los medicamentos para su tratamiento, impagable para la mayoría de la población. Tenía 2 hijos.
“Es imposible transmitir lo que sentimos en estos momentos, pero quienes compartimos veinte años con ella…”, comienza el comunicado de Satélite Kingston, donde la recuerdan como una compañera luminosa: “Hacíamos música, riendo, creando, viajando, conversando de temas profundos o bromeando sobre trivialidades. La extrañaremos como quizá aún no sabíamos que se podía extrañar a alguien en esta vida. Solo nos reconforta saber que tendremos siempre muy presentes la dulce compañía de los recuerdos y también los registros de su voz, su sonrisa, sus canciones”.
Además de su recorrido junto a Satélite Kingston, Julio desarrolló un proyecto solista bajo el nombre La Bicicleta de Saturno, con el que editó tres discos. Su voz dulce, filosa y reflexiva le abrió puertas más allá de la escena local: fue escuchada con entusiasmo en Chile, Brasil y México.
Fundador y alma creativa de The Beach Boys, falleció a los 82 años. Fue pionero del pop, creador del mítico álbum Pet Sounds y responsable de hits inolvidables como Good Vibrations y California Girls. Su legado cambió para siempre el sonido del rock.
Brian Wilson, el legendario líder y cofundador de The Beach Boys, falleció a los 82 años, anunció su familia este miércoles.
“Nos duele el corazón anunciar el fallecimiento de nuestro querido padre, Brian Wilson”, expresaron sus hijos en un comunicado. “Nos faltan las palabras. Por favor, respeten nuestra privacidad en este momento de duelo familiar. Compartimos nuestro dolor con el mundo”.
Nacido en 1942 en Los Ángeles, Wilson formó The Beach Boys junto a sus hermanos Carl y Dennis, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine. La banda no tardó en convertirse en una de las más influyentes y exitosas del rock estadounidense.
Con más de 100 millones de discos vendidos y clásicos eternos como Surfin’ USA, I Get Around, California Girls, Good Vibrations y God Only Knows, Brian Wilson fue mucho más que un compositor: fue un revolucionario del sonido.
Un genio del estudio
La revista Rolling Stone ubicó a The Beach Boys en el puesto 12 de su lista de los 100 Mejores Artistas de Todos los Tiempos, en buena parte gracias al trabajo de Wilson. Su uso innovador del estudio como instrumento —especialmente en el álbum Pet Sounds— lo convirtió en un pionero de la música pop.
Detrás del brillo musical había también sombras. Diagnosticado con esquizofrenia paranoide en 1984 y con demencia en 2024, Wilson lidió con problemas de salud mental gran parte de su vida. Sin embargo, su capacidad para resurgir y seguir creando hasta el final fue admirable.
Infancia compleja, legado inmenso
Su padre, dominante y abusivo, lo empujó al mundo de la música desde niño. A los 8 años ya tocaba el piano y cantaba en el coro de la iglesia. A los 19, sordo del oído derecho, recibió una grabadora como regalo: allí comenzó su obsesión con las armonías y la sobregrabación, pilares del sonido característico de The Beach Boys.
Durante una estadía de sus padres en México, Brian, Carl, Dennis, Mike y Al grabaron Surfin’, usando dinero que debía ser para comida en equipo musical. Así nacieron los Beach Boys, y con ellos una nueva forma de entender la música popular.
El surf, el amor y los sueños juveniles
Aprovechando el boom del surf en los ’60, temas como Surfin’ Safari, Fun, Fun, Fun y Help Me, Rhonda capturaron la esencia de la juventud californiana: olas, velocidad y romance.
Pero Wilson quiso ir más allá. Su obsesión por crear algo trascendente dio como fruto Pet Sounds, una obra maestra admirada incluso por los Beatles.
Brian Wilson no solo escribió canciones; esculpió paisajes sonoros con emoción, riesgo y profundidad.
Hoy, con su muerte, el mundo pierde a uno de los más grandes arquitectos del pop moderno. Pero su música seguirá sonando como las olas que alguna vez cantó: eternas, nostálgicas y libres.
El legendario guitarrista y productor estadounidense Rick Derringer falleció el 26 de mayo de 2025 a los 77 años en Ormond Beach, Florida. Su deceso fue confirmado por su esposa, Jenda Derringer, y su amigo y cuidador Tony Wilson. Aunque no se ha especificado la causa oficial de su muerte, se sabe que recientemente había sido sometido a una cirugía de triple bypass y padecía problemas cardíacos.
Nacido como Richard Dean Zehringer el 5 de agosto de 1947 en Celina, Ohio, Derringer alcanzó la fama a los 17 años con la banda The McCoys, cuyo sencillo «Hang On Sloopy» llegó al número uno en las listas de éxitos en 1965. Posteriormente, consolidó su carrera solista con el clásico «Rock and Roll, Hoochie Koo» en 1973.
A lo largo de más de seis décadas, Derringer colaboró con destacados artistas como Johnny y Edgar Winter, Alice Cooper, Steely Dan, Cyndi Lauper, Barbra Streisand y Ringo Starr. Además, produjo varios álbumes para «Weird Al» Yankovic, incluyendo los galardonados «Eat It» y «Fat».
En 1985, compuso «Real American», tema que se convirtió en el himno de entrada del luchador Hulk Hogan en la WWE y que posteriormente fue utilizado en campañas políticas de figuras como Barack Obama y Donald Trump.
En sus últimos años, Derringer exploró géneros como el jazz suave y la música cristiana, lanzando varios álbumes junto a su familia. Su legado perdura en la historia del rock y en la influencia que tuvo en generaciones de músicos.
Las redes sociales se han llenado de homenajes de colegas y fanáticos que recuerdan su virtuosismo y su energía inconfundible en el escenario.