El lunes 11 de noviembre, Fito Paez comenzó la serie de shows “PAEZ4030” en el Movistar Arena. Las seis presentaciones, repartidas cuatro en noviembre y dos en diciembre tienen como premisa celebrar los 40 años de Del 63 y los 30 años de Circo Beat y desde hace meses está completamente sold out.
Apenas pasadas las 21.20, Fito pisó el escenario vestido con un brillante traje que lució durante las más de dos horas que duró el espectáculo. Previo a dar luz verde a la función, el rosarino, notablemente emocionado, recorrió la pista saludando a las miles de almas presentes.
Ambos discos sonaron de principio a fin, respetando el orden que propuso el rosarino décadas atrás, al momento de la composición. “Del Sesenta y Tres” no solo auspició la apertura del show en el estadio de Villa Crespo, también anticipó una tendencia que iba a sostenerse a lo largo de las nueve canciones que integran el primer álbum de su carrera: el cantante no iba a abandonar el piano.
Distinto a lo que suele ocurrir en sus shows, esta vez, Fito hizo honor a la esencia de su disco debut y propuso una intimidad única, similar a la del estudio, que la banda acompañó con la afinidad que la caracteriza.
Porque, claro, Rodolfo no estuvo solo: Diego Olivero (bajo, teclado y coros), Gastón Baremberg (batería), Juan Absatz (voz, teclados y coros), Juani Agüero (guitarra y coros), Carlos Vandera (voz, guitarra, teclados y coros), Emme (voz y coros) completaron la ya conocida y aceitada formación. A su vez, la sección de vientos estuvo a cargo de Sudestada Horns (Ervin Stutz en trompeta y flugelhorn, Alejo von der Pahlen en saxo alto y saxo tenor y Santiago Benítez en trombón).
La puesta en escena, un minucioso trabajo de Sergio Lacroix, planteó a la mencionada formación en fila, de blanco y con peinados a la gomina. Una craneada combinación entre luces y visuales de época con un filtro -retro- blanco y negro en la pantalla permitió el viaje de los presentes a la época en que Fito escribió las 22 canciones homenajeadas.
La noche en Movistar Arena casi no tuvo pausas en el formato (apenas la interpretación de “Rojo como un corazón”, a dúo con Emme y una versión de “Soy un hippie”, en una lúdica armonización de voces con la banda completa en el borde del escenario).
Ya en el final, luego de himnos como “Tres agujas”, “Circo Beat”, “Mariposa Tecknicolor”, “El jardín donde vuelan los mares” y “Tema de Piluso”, hubo lugar para un clásico más, el único ajeno a los discos agasajados: Fito cerró la primera de las seis funciones con “Ciudad de pobres corazones”.
El Movistar Arena fue el escenario de un espectáculo audiovisual sin precedentes de la mano de Eric Prydz, uno de los íconos más destacados de la música electrónica mundial. Con su aclamado show HOLO, Prydz ofreció una experiencia completamente inmersiva, combinando un impecable set musical con hologramas 3D y efectos visuales que desafiaban los límites de la realidad, dejando hipnotizados a los miles de fanáticos presentes.
La noche comenzó a las 19:30 con la talentosa DJ Ffina, encargada de abrir el evento y preparar el ambiente para lo que sería una velada inolvidable. Ffina, una figura en ascenso en la escena electrónica, sorprendió al público con un set vibrante, destacando su habilidad para mantener una energía en constante ascenso.
Poco después, pasadas las 20:00, el DJ invitado Cristoph subió al escenario, desplegando todo su potencial y demostrando por qué es uno de los gigantes del house progresivo. Conocido por sus producciones nítidas, que incluso captaron la atención de Eric Prydz, Cristoph mantuvo la atmósfera cargada de intensidad, preparando el terreno para el clímax visual y musical que estaba por llegar. Su set fue un viaje sonoro que atrapó al público, anticipando la llegada del acto principal de la noche.
Finalmente, Eric Prydz tomó las riendas del espectáculo con su innovador show HOLO, en el que música y tecnología se fusionaron de manera única. Desde el primer beat, el público fue transportado a una dimensión futurista. Una mano tridimensional apareció en el aire, rompiendo las barreras de la realidad ante los ojos de los asistentes. Prydz mezcló sin esfuerzo su extenso catálogo de house progresivo y techno, mientras hologramas 3D y luces coreografiadas envolvían a todos en una experiencia multisensorial.
El espectáculo incluyó proyecciones holográficas de astronautas, androides, robots, ballenas azules, tortugas marinas y otras figuras que parecían surgir de las pantallas LED y flotar sobre el público. Los visuales, perfectamente sincronizados con la música de Prydz, generaron asombro constante en cada transición.
El show culminó cuando Prydz cerró su set con la épica «Opus», desatando una ovación generalizada mientras las últimas figuras de luz se desvanecían en el aire. La energía en el Movistar Arena alcanzó niveles únicos, con todos los asistentes completamente entregados a la experiencia.
El 20 de septiembre quedará grabado en la memoria de 15 mil almas que agotaron el Movistar Arena para ser parte de una celebración que fue mucho más que un simple concierto. Las Pastillas del Abuelo no solo llenaron el recinto, sino que también nos recordaron la esencia de la amistad, la música y las raíces de una banda que sigue latiendo en cada rincón del país.
El número 20, tan significativo para ellos, marcó la fecha. Como en la lotería, fue una fiesta cargada de símbolos. La banda, con su inigualable estilo, lo hizo nuevamente: generaron un “sold out” y transformaron la velada en un evento “histórico”, como lo definieron ellos mismos.
Con un imponente despliegue visual (multiplicidad de pantallas gigantes) y ese show de luces que ya es marca registrada, Las Pastillas salieron al escenario a las 21:30 (puntual), y desde el primer acorde de “Amar y envejecer”, el público quedó hechizado. Ese tema, con un sutil arreglo electrónico, fue apenas un adelanto de lo que sería una noche memorable.
Uno de los puntos más altos fue el tema “¿Qué es Dios?”. La canción maradoniana que evoca al Diego, a los héroes de Malvinas y que despierta en el público un clamor fervoroso contra los ingleses. Apenas terminó, el público se unió en un grito único: “El que no salta, es un inglés”.
Piti Fernández recogió el guante y festejó. Pero enseguida aclaró: “Eso fue de los que dirigen. Hay ingleses muy buenos como los Rolling Stones y Los Beatles”. Y enseguida sonaron los acordes, desde el teclado de Ale Mondelo, de “Here Comes The Sun”, como un puente musical entre Liverpool y Villa Crespo.
La noche siguió con momentos vibrantes, y como sorpresa, irrumpieron en el escenario invitados de lujo: El Mosca, Pablo Coll y compañía, con quienes tocaron dos clásicos de Dos Minutos: “Amor suicida” y “Ya no sos igual”. En medio del pogo, el público coreó cada estrofa, con los “sos buchón de la Policía Federal” retumbando desde cada rincón del estadio.
Otro invitado fue el baterista Fernando Scarsella, ex Rata Blanca, quien se subió al escenario para tocar a doble batería con Juan Comas el tema “Cambios de tiempo”.
Las sorpresas no terminaron ahí. La banda desempolvó joyas como “Saber cuando parar”, un tema que no suele sonar en los shows y que, sin embargo, fue coreado con pasión. Cuando sonaron los primeros acordes de “Ojos de dragón”, parecía que el show llegaba a su fin. Pero el retorno fue glorioso con un popurrí de éxitos: “Loco por volverla a ver”, “Enano”, “Tantas escaleras” y, finalmente, cerraron con “Viejo karma”, dejando al público con el alma llena y el corazón palpitando al ritmo de las últimas notas.
La noche fue una sinfonía de emociones. Piti Fernández, con su voz profunda y desgarradora, lideró una banda que, como siempre, brilló con intensidad. Bochi y Fernando, en las guitarras, entrelazaron melodías complejas y hermosas, mientras Mondelo en los teclados aportaba esa atmósfera envolvente, tan característica. Santiago en el bajo y Juan en la batería marcaron la base sólida que sostenía cada tema, y Joel, con su saxo, inyectó sensualidad y profundidad en cada intervención.
Las Pastillas del Abuelo no solo ofrecieron un espectáculo; Construyeron un puente entre el pasado y el presente, entre la amistad y la música, entre la argentinidad y el mundo. Cada acorde fue un suspiro, cada melodía una celebración, y cada canción un abrazo colectivo. Piti prometió para el 2025 un show en “algún estadio” y otro Movistar Arena. Por más música, por más Pastillas.
LISTA DE TEMAS Mar y envejecer Ama a quien llora por ti Hasta acá nos ayudó Dios! Rompecabezas de amor Interpretación ¿Dónde esconder tantas manos? La creatividad ¿Me juego el corazón? Absolutismos ¿Qué es Dios? Here comes the sun (cover The Beatles) Amor Suicida (2 Minutos) Ya no sos igual (2 Minutos) Cambios de tiempo! (con Fernando Scarcella) Desde la postura Saber cuando parar ¿Qué pretendo no saber? El favor Ojos de dragón! ¿Qué hago esperando un puto as? Otra vuelta de tuerca Loco por volverla a ver Inercia Enano Tantas escaleras Viejo karma!
La primera parada del Jet Love Tour de Conociendo Rusia en Buenos Aires fue mucho más que un simple concierto: fue una celebración colectiva, un abrazo sonoro entre Mateo Sujatovich y sus miles de seguidores, que en comunión perfecta, hicieron del Movistar Arena un santuario de emociones. Con entradas agotadas, el estadio fue cómplice de una velada inolvidable.
Desde el primer acorde de “Jet Love”, el ambiente vibró con una energía casi palpable. El estadio entero se convirtió en un solo latido, pulsando al ritmo de la música y la pasión desbordante del público. Mateo Sujatovich, con su carisma y talento innegables, volvió a demostrar por qué su proyecto ha alcanzado un lugar privilegiado en la escena musical nacional. Canciones como “Te lo voy a decir” y “Canciones” fueron auténticos detonantes de emoción, creando una atmósfera eléctrica, una marea que no dejó de crecer durante las dos horas de show, alimentada por la comunión entre el artista y su audiencia.
FOTOS DE SOFÍA BRAVO
El público, fiel y entregado, se apropió del show desde el primer momento. Cada tema fue coreado con una devoción que pocas veces se ve, transformando el estadio en un coro multitudinario que resonaba con una fuerza inusitada. Ese vínculo único entre Conociendo Rusia y sus fans no es un mero accidente: es el resultado de una conexión sincera, una autenticidad que atraviesa cada nota y cada palabra, llegando directo al alma. No es solo la música, es la transparencia de las emociones que fluyen desde el escenario hacia las gradas, en un ida y vuelta que parece no tener fin.
Visualmente, la puesta en escena fue impecable. Los juegos de luces, las proyecciones y el diseño sonoro crearon un espectáculo que oscilaba entre lo íntimo y lo grandioso, envolviendo al público en una experiencia multisensorial. Hubo un instante en particular en el que Mateo, solo frente a su piano, detuvo el tiempo. En ese momento, el silencio compartido y la simpleza de la escena hicieron evidente que la verdadera grandeza también puede encontrarse en la quietud, en esos instantes de vulnerabilidad que se comparten en silencio.
El show alcanzó su punto álgido cuando Joaquín Levinton, líder de Turf, subió al escenario para interpretar una electrizante versión de “Pasos al Costado”. La química entre los dos músicos era palpable, y la respuesta del público fue inmediata: el estadio entero se rindió ante la poderosa energía que emanaba desde el escenario. Pero no fue solo ese momento el que hizo vibrar al Movistar Arena. Cuando sonaron los primeros acordes de “Adiós” de Gustavo Cerati, la emoción fue casi tangible. Fue como si la herencia del rock argentino se materializara en el aire, y el homenaje a Cerati resonara no solo como una canción, sino como un puente emocional que une el pasado glorioso con el presente vibrante de nuestra música.
La banda que acompaña a Mateo Sujatovich merece su propia ovación. Guille Salort en la batería, Chechi de Marcos con su guitarra acústica y coros, Rodri Monte en el bajo, Martín Allende en la guitarra eléctrica, y Andy Elijovich en teclados y sintetizadores, son un verdadero ejemplo de cohesión y entrega. Cada uno de ellos aportó su talento con una precisión y pasión que hicieron que la noche fuera aún más brillante. La conexión entre ellos y Mateo es tan orgánica que parece una sola entidad musical, capaz de elevar cada tema a su máximo potencial.
Conociendo Rusia no es solo una banda, es una experiencia que trasciende lo meramente musical. Su capacidad para generar un vínculo tan visceral con su público lo convierte en un fenómeno único dentro de la música contemporánea argentina. Y si esta primera fecha del Jet Love Tour fue así de mágica, la expectativa por lo que vendrá en la segunda noche es aún mayor. Queda la certeza de que Mateo Sujatovich está viviendo su mejor momento artístico, pero también la promesa de que lo mejor aún está por venir. Este es solo el comienzo de una travesía que está destinada a marcar un hito en la historia de la música nacional.
Babasonicos volvió a provocar una reacción en cadena y cada uno de los asistentes a los shows en el Movistar Arena se llevó una porción de rock concebido de manera única. Durante casi dos horas, ofreció un concierto distinto a los que habían presentado en el mismo lugar durante los últimos dos años y también al que ofrecieron a finales de 2023 en el Campo de Polo. La noche especial estuvo marcada por una mezcla de clásicos y temas menos habituales en vivo, acompañados por una puesta en escena tan creativa como impactante.
Desde el inicio con el reciente sencillo «Tajada», Adrián Dárgelos se adueñó del escenario y estableció un diálogo con el público que se limitó principalmente a las letras de las canciones. Mariano Roger, Diego Tuñón, Diego Uma, Diego Castellano y Tuta Torres demostraron rápidamente que los años de giras y presentaciones solo han elevado su destreza.
FOTOS: Martín Bonetto
Ubicados en una especie de bunker con paredes de pantallas, se vieron rodeados de vetas de roca en primer plano desde el principio. Las imágenes cambiaron continuamente durante todo el concierto: las «paredes» proyectaron desde acercamientos a cada músico reflejado en espejo hasta formas geométricas, intensificando la experiencia de cada canción. Además, tiras de luces a lo largo de tres de los lados del estadio crearon ambientes distintos para cada tema.
Y así, «Fizz» desafió a los impostores en la espuma social mientras clamaba por un lugar entre ellos, «La izquierda de la noche» se erigió como un manifiesto para compartir el amor, «En privado» propuso intimidad a pesar de todo, y «Cretino» admitió no ser premio para nadie. Con el público ya caldeado, «Sin mi diablo» los hizo vibrar, «Adiós en Pompeya» invitó a abrazar la oscuridad, e «Irresponsables» provocó su efecto perdurable de hit inoxidable.
El manejo impecable de los climas continuó con seguidillas como las de «Tormento» y «El colmo», donde el público volvió a exigir a gritos que la canción los llevara lejos. Luego, cuatro canciones seguidas de «Trinchera»: «Lujo», «Anubis», «Bye Bye» y «Vacío», mostrando una vez más la versatilidad de enfoques que Babasónicos puede abordar sin perder coherencia. «Risa» continuó el diálogo personal con el público, invitándolos luego a rockear en una «Fiesta popular».
Dárgelos dejó el escenario para que Roger y Uma se hicieran cargo de las voces en una sorprendente versión de «Curtis». A continuación, un golpe tras otro con canciones como «Microdancing», «Putita», «Mimos son mimos», «Paradoja», el explosivo tándem «Carismático»- «Yegua», la sensualidad de «Rubí», y el baile desenfrenado con «La lanza» y «Delectrico». El cierre con «La pregunta» arrastró al público a un vendaval de emociones en medio de los cuestionamientos de la canción. En los bises, «Ingrediente» y «Cicatriz #23» -que sonó por primera vez en vivo en Buenos Aires- dejaron al público listo para el cierre con «¿Y qué?».
Un repaso por sus 29 años de trayectoria, una fiesta de principio a fin llena de magia, ovación e invitados de lujo. Era la primera vez que La Vela Puerca tocaba en el Movistar Arena de Buenos Aires y las 15 mil personas que agotaron las entradas no pararon de saltar, cantar y agitar toda la noche. A las 21:30, puntualmente, arrancó el show que se extendió durante más de dos horas y 28 temas.
El primer invitado de la jornada fue Arquero desde Uruguay, para interpretar junto a la banda “La Pastilla” de su último álbum “Discopático”. También de Uruguay vino Camila, la cantante de la ascendente banda Niña Lobo para hacer una gran versión de “Para No Verme Más”. Promediando la noche subió al escenario Sebastián Andersen de El Plan de la Mariposa para luego dar paso al carismático Néstor Ramljak de Nonpalidece y una aclamada versión de “Burbujas”, para el final Juanchi Baleiron de Los Pericos dió el broche de oro con una gran interpretación de “El Viejo”.
Fotos: Tute Delacroix y Gallo Bluguermann
Pico de emoción para cerrar la noche a capella con “José Sabía” y las palabras de El Enano: “Algo lindo después de casi 30 años es que las canciones siguen vivas y cuando nosotros ya no estemos más, sé que van a estar bien cuidadas”
Consagrándose una vez más como una de las bandas más queridas, populares y convocantes del Rio de La Plata, La Vela Puerca volvió a afianzar el amor por Buenos Aires y su gente.
Querido, respetado y admirado por millones de personas, Luck Ra, la figura que viene revolucionando la música popular argentina pisó por primera vez el escenario del Movistar Arena y lo hizo a lo grande. Con entradas agotadas, familias y amigos, en una reunión intergeneracional, se encontraron para vivir dos noches de puro baile y cargadas de emoción.
Contó con invitados increíbles como Cazzu, Abel Pintos, Rusherking, Luana, Ulises Bueno, La T y la M, La K´onga, Bersuit, Migrantes, entre otros, que completaron dos shows memorables. Un sueño cumplido y un hito en su meteórica carrera.
Con pantallas imponentes que fueron las encargadas con sus visuales de dar luz verde al show, luego de formarse el contorno de la Provincia de Córdoba apareció en el inicio de una gran escalera uno de los artistas más convocantes del momento. “Hola….” bastó que comience a cantar “Te mentiría” para que el Movistar Arena se viniera abajo, y comenzarán dos fiestas difíciles de olvidar.
Con una emoción que lo llevó a romper en llanto con profundo agradecimiento a su público en un momento de la noche, el cordobés brilló de felicidad, bailando a pleno y dando todo sobre el escenario.
Una primera oleada de canciones llegaría con «Ya no más», «Y te vas», «Mil preguntas», «Ojalá» y «Se que vas a doler». Los invitados fueron irrumpiendo ante la ovación general, así El Vecino se sumó a «Si pudiera» y el hit «Que sed» sería junto a Ulises Bueno.
En un segundo bloque Luck Ra invitó a Migrantes, Rusherking, La T y la M y Bersuit con temazos como «Lado triste», el remix de «Te mentiría», «Quiero creer» y el himno de «Toco y me voy». También acompañaron al cuartetero Lautaro López, Tuli, Luana y los infaltables músicos de La K´onga que hicieron explotar el lugar con su ritmo.
La sorpresa especial fue la presencia de La Jefa. Cazzu se subió al escenario para adelantar lo que será una próxima colaboración con Luck Ra que inmediatamente hizo estallar las redes sociales.
El final caliente sería con los éxitos que dieron vuelta la escena musical, «Que me falte todo» junto a Abel Pintos, «Hola Perdida», «Ya no vuelvas» y «La morocha».
”¿La están pasando bien?, ¿vamos bien?, ¿estamos bien?, hace un mes que estoy nervioso con este show”. Las palabras (confesiones) brotaban de un David Lebón visiblemente emocionado. No era para menos. Un Movistar a pleno fue testigo de un artista, que a los 71 años, mostró que todavía tiene mucho para dar. “Gracias por venir. Con Serú llenamos River, pero acá estoy solito. Algo me quieren”, lanzó el Ruso a un público que festejó cada alocución.
En una noche que trascenderá el tiempo, transformó el imponente recinto de Villa Crespo en un santuario de emociones, donde cada nota, cada acorde, fue un puente hacia lo más profundo del corazón de su audiencia. La proximidad entre el artista y su público fue la piedra angular de este espectáculo magistral, tejiendo un vínculo que convirtió cada asiento en un lugar íntimo y especial.
A las 21:15 el telón se levantó con la fuerza arrolladora de “No seas dura”, una declaración de principios incluida en su último álbum, HERENCIA LEBÓN 3. Desde el primer momento, se respiraba la energía inconfundible del rock en el aire, una energía que Lebón lleva en las venas. Temas como “Cuánto tiempo más llevará” y “En la vereda del sol” resonaron con una intensidad visceral, sacudiendo a los presentes.
FOTOS DE MARTÍN BONETTO
El viaje musical abarcó diversas etapas de su carrera, cada canción una joya que brillaba con luz propia. El blues encontró su voz en temas como “Esperando nacer” y “Copado por el diablo”, donde la guitarra de Lebón habló con el alma. La colaboración especial del virtuoso guitarrista Alambre González en “Copado por el diablo” y la emotiva interpretación de “Mundo agradable” dejaron una huella imborrable. ¡Cómo toca Alambre!, resaltó Lebón.
“Me pasaron algunas cosas y ustedes me salvan”, indicó el Ruso, para luego invitar al escenario a la impresionante Luz Gaggi, quien se lució en “Frecuencia Modulada” y “Encuentro con el diablo”.
La versión de “Pubis angelical” mostró a Lebón en la batería y el joven prodigio Carmelo Addario (de 9 años) al piano y su padre Palmo Addario en la guitarra.
Después se atrevió con “Blackbird” de The Beatles, donde demostró toda versatilidad y amor al cuarteto de Liverpool.
En la versión de No soy un extraño se sumaron Nico Sorín y Hernán Jacinto, ambos en teclados y Gabriel Pedernera, en batería electrónica. David se equivocó en una parte y muy compungido pidió perdón. “¡Me perdonan, me equivoqué, qué vergüenza, toco desde los 14 años y me pasa esto!”. Y agregó, entre risas: “Esto seguro lo va a ver Charly”.
La interpretación magistral de “Layla” de Eric Clapton, con la participación del excepcional Luis Salinas en la guitarra y Cristian Judurcha en la batería, fue un momento sublime lleno de magia y emoción. “Siempre quise tocar como Eric Clapton, pero nunca pude hacerlo como él”, comentó Lebón y el público estalló en risas.
El show no dio respiro. Y apareció en escena Baltasar Comotto (guitarrista de Los Fundamentalistas, la banda de Indio Solari) con todo su virtuosismo en “Despiértate nena” y “Noche de perros”. Sus solos elevaron la experiencia a un nivel superior.”
“Fue pura felicidad mi paso por esta vida. Amémonos”, expresó el Ruso. “¡Olé olé olé, David, David!”, replicó el público que llenó el Movistar.
Pero no faltaron los clásicos que hicieron vibrar a todos: Desde “No llores por mí Argentina”, siguiendo por “Seminare”, pasando por “Puedo sentirlo” y la versión impecable de “Desarma y sangra”, acompañada por violín (el notable Alex Musatov), contrabajo y piano.
El cierre del show con el eterno “Nos veremos otra vez” fue el broche de oro de una noche inolvidable, un momento en el que el tiempo pareció detenerse y la música se convirtió en eternidad.
Después de más de dos horas y media de show, llegó la presentación de su banda, que estuvo integrada por Leandro Bulacio (dirección musical, piano y coros), Daniel Colombres (batería), Roberto Seitz (bajo y coros), Gustavo Lozano (guitarra y piano) y Daniel Ferrón (guitarra y coros).
“Gracias por venir”, exclamó Lebón al público. Luego hizo subir a su mujer, Pato, para que también recibiera su merecida ovación.
David Lebón demostró porque es un ícono del rock. Su habilidad para conectar con cada persona, es verdaderamente especial. Su legado musical es una herencia invaluable que seguirá por muchas generaciones.
“Amémonos. El amor es todo”, indicó.
Así será, David.
LISTA DE TEMAS
1- NO SEAS DURA 2- CUANTO TIEMPO MAS LLEVARA 3- EN LA VEREDA DEL SOL 4- BONZO 5- ESE TREN 6- NUEVAS MAÑANAS 7- LATIN RUMBA 8- ESPERANDO NACER 9 - 32 MACETAS / NO CONFÍES 10- COPADO POR EL DIABLO INVITADO ALAMBRE GONZÁLEZ 11- MUNDO AGRADABLE INVITADO ALAMBRE GONZÁLEZ 12- FRECUENCIA MODULADA INVITADA LUZ GAGGI 13- ENCUENTRO CON EL DIABLO INVITADA LUZ GAGGI 14- SAN FRANCISCO Y EL LOBO / BLACK BIRD 15- EL TIEMPO ES VELOZ 16- SIN DECIR ADIÓS 17- PUBIS ANGELICAL DAVID LEBÓN EN BATERÍA, BULACIO EN TECLADO 18- NO SOY UN EXTRAÑO INVITADOS NICO SORIN/ HERNÁN JACINTO/GABRIEL PEDERNERA 19- DESARMA Y SANGRA 20- LAYLA INVITADO LUIS SALINAS 21- PUEDO SENTIRLO 22-DESPIÉRTATE NENA INVITADO BALTASAR COMOTTO 23- NOCHE DE PERROS INVITADO BALTASAR COMOTTO 24- NO LLORES POR MI ARGENTINA 25- SUELTATE 26- SEMINARE 27- NOS VEREMOS OTRA VEZ
A pedido del público y luego de agotar anticipadamente su 3 Movistar Arena en menos de un año, Cuarteto de Nos anuncia una nueva fecha para Buenos Aires para el día domingo 1 de Septiembre a las 20:00hs en el Movistar Arena (Humboldt 450). Además, la banda también anuncia su gira por el interior del país, que los llevará por: Mendoza, Córdoba, Tucumán y Rosario. A la que en próximos días se le sumarán nuevas fechas!
Luego de un 2023 exultante, con casi todos sus shows SOLD OUT en todo el mundo y sus audiencias marcadas con un crecimiento del 75%, la banda se tomó unas merecidas vacaciones.
Empezaron el 2024 recordando lo vivido y compartieron con sus fans el estreno del video y canción en vivo de “Chivo Expiatorio”, grabado en vivo desde el Auditorio Nacional de México, el pasado noviembre, el cual fue sold out más de un mes antes. Un show que sirvió de espejo de la situación que los acompañó todo el año donde fuera que se presentaran. Una comunión única que vive la banda junto a su diverso público en cada show.
Emilia Mernes ofreció el primero de sus diez shows en el Movistar Arena y sus fanáticos se deleitaron con un despliegue de talento pensado y logrado hasta en el más mínimo detalle. En el marco de su tour «.mp3”, la vocalista se subió a escena para homenajear y rememorar los años 2000.
Desde sus looks hasta las pantallas, todo estuvo perfectamente logrado y daba la sensación de haber vuelto a aquellos años en los que aparecía Britney Spears y la “amadrinaba” Madonna. Ya desde las calles que rodean al Movistar Arena se veían cientos de nenas y adolescentes usando los típicos brillitos en los ojos que popularizó Emilia y que ahora luce con forma de estrellas.
Esta vez sí se vendió el merchandising: chicas con vinchas, remeras y buzos desfilaron felices por poder estar presentes en el show de su ídola, que reparó hasta el más mínimo detalle: ¡en la entrada rociaban a todas con repelente para prevenirlas del dengue!
“Hola Buenos Aires, ¿están listos para vivir la noche de sus vidas?”, dijo Emilia al salir al escenario vestida de rosa y obviamente con muchos brillos para comenzar a cantar y bailar sus temas. Sonaron “Exclusive”, “Facts.mp3”, “Cuatro veinte”, “Jagger.mp3”.
A pesar del despliegue maravilloso y de la felicidad por estar cumpliendo su sueño, Emilia se tomó unos minutos para hablar sobre las críticas en redes sociales, un tema que perjudica a varias de las cantantes del momento, que lo padecen a diario.
“Quiero ser muy sincera y la verdad que estas últimas semanas me he sentido muy abrumada por todo el odio que he recibido en las redes. Es un lugar donde puedo interactuar con ustedes pero por momentos se vuelve un espacio muy hostil. Si yo no hubiese hecho un trabajo por mí o no tuviera mi terapia y trabajo el amor propio, no sé si hubiese sido posible estar hoy acá”, arrancó. Y enseguida agregó: “Lo que sí me arrepiento es de no haber hablado de ciertos temas y si no lo hice fue porque tenía miedo de que mi voz no sea lo suficientemente importante y que cualquier cosa que diga sea reducida a un titular. Día a día estoy intentando encontrar mi propia voz”.
“Me identifico con otras artistas mujeres que me inspiran y que amo, pero también me enoja tanto tanto cuando nos comparan constantemente, es agotador, demasiado se nos exige a nosotras en la industria. Ya basta de compararnos que si nos copiamos, que quién hace más números, que quién usó esto primero. Me encanta ver cuando mis compañeras se paran sobre el escenario, levantan su voz y luchan por nuestros derechos, loco, me encanta. Acompáñennos, es muy difícil para nosotras”, indicó la artista.
Con su novio, el cantante Duki, interpretaron “Como si no importara” y después se sumaron más invitados de lujo: Nicki Nicole, FMK, Thiago PZK y Callejero Fino.
Sonaron “Una foto remix” y 2En la intimidad”, al tiempo que con “La original.mp3” le rindió homenaje a la Madonna de los `90 tras hacer la coreografía al estilo “Vogue”. El momento más emotivo de la noche fue cuando le dedicó su tema “Guerrero” a su papá. Este show fue el primero de los diez que tiene previstos realizar en el Movistar Arena y que logró llenar en sólo 10 horas, batiendo todos los récords. Con producción de Fenix Entertainment, los próximos recitales de Emilia serán los días 7, 19, 20, 21 y 23 de abril y 3, 29, 30 y 31 de mayo. Sin embargo, por la gran demanda del público y luego de visitar otras provincias de la Argentina y países de Latinoamérica y Europa, regresará a Buenos Aires para ofrecer dos shows en el Estado Vélez Sarsfield los días 12 y 13 de octubre.